Hermanos, desde ahora, nuestro templo parroquial contará con calefacción limpia y segura para que todos nos sintamos más a gusto en la casa de Dios.
Aún falta por completar el equipamiento pues debemos solventar las deudas adquiridas, que entre todos saldaremos, para lo cual contamos con su colaboración generosa.
Esta calefacción funcionará en la medida de la generosidad de entre los hermanos, y será un sistema que, esperamos, dure muchos años.
Gracias... y que el Padre Dios, que siempre multiplica y devuelve el cien por uno al que da con amor, le colme de bendiciones.
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