Muy
queridos hermanos y hermanas:
Les
saludo afectuosamente en la paz de Cristo nuestro hermano y Señor.
La
Conferencia Episcopal de Chile ha dispuesto, desde hace algunos años, que
el último Domingo del mes de agosto sea el DÍA DE ORACIÓN POR LOS
PUEBLOS ORIGINARIOS. En ese espíritu quiero invitar a todos ustedes a orar
especialmente por el Pueblo Mapuche.
No es
un hecho fortuito que, este día de oración, lo celebremos durante el Mes de la Solidaridad;
mes en que renovamos nuestro compromiso con los pobres y marginados de
nuestra
Patria; mes en que recordamos que el Evangelio del Reino, nos pone claras exigencias
para nuestra convivencia diaria, de manera que Chile sea UNA MESA PARA TODOS en
donde prevalezca la razón de la paz en la verdad, la justicia, el amor, la libertad
y el respeto de unos por otros.
Junto
con la oración, sería deseable que propiciemos algún momento de reflexión en nuestras
comunidades, con el fin de conocer más al Pueblo Mapuche, que es un Pueblo pacífico,
amante de la naturaleza y con profundos valores humanos, los que vemos reflejados
también en el Evangelio, como lo es, por ejemplo, el respeto a la Vida, y
el cuidado de la familia. En este sentido cobra para nosotros mayor relevancia,
el llamado que nos hizo el Beato Juan Pablo II, cuando en Temuco habló así: “Al
defender vuestra identidad no sólo ejercéis un derecho, sino que cumplís
también un deber: el deber de transmitir vuestra cultura a las generaciones
venideras, enriqueciendo de este modo, a toda la nación chilena con vuestros
valores bien conocidos: el amor a la tierra, el indómito amor a la libertad, la
unidad de vuestras familias”.
Hagamos
súplicas y oraciones para que Dios cuide bendiciendo siempre al Pueblo Mapuche.
Del mismo modo pidamos al Dios de la Vida, que nos ayude a descubrir caminos
efectivos de encuentro y diálogo, para así construir una convivencia social que
nos lleve a avanzar afectiva y efectivamente en la construcción de un País en
donde el respeto y la dignificación de los Pueblos que le habitan, sea una
tarea permanente.
Que
María, Nuestra Señora de Temuco, nos cuide y proteja en esta gran Misión, y contando
con la intercesión del beato Ceferino Namuncurá lleguemos a su concreción.
Les
bendice su
+
Padre Obispo Manuel Camilo Vial R.
Obispo
de Temuco
Temuco, agosto de
2012.