jueves, 23 de octubre de 2014

Fiesta de san Antonio María Claret

Domingo 26 de octubre de 2014

Lectura del libro de Isaías 49,1-6
¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el vientre materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre. Él hizo de mi boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha punzante, me escondió en su aljaba. Él me dijo: «Tú eres mi Servidor, Israel, por ti Yo me glorificaré». Pero yo dije: «En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza». Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios. Y ahora, ha hablado el Señor, el que me formó desde el vientre materno para que yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a Él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi
Dios ha sido mi fortaleza. Él dice: «Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; Yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra».
Palabra de Dios.
  
SALMO 23(22)
R:/ El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.

El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
Él me hace descansar
en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas. R:/

Me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce
por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón
me infunden confianza. R:/

Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa. R:/

Tu bondad y tu gracia
me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo. R:/
  
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 5,14-17
Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto. Y Él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos. Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más así. El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente.
Palabra de Dios.
  
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 10, 1-9
El Señor designó a otros setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde Él debía ir. Y les dijo: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni provisiones, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: “¡Que descienda la paz sobre esta casa!” Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; sanen a sus enfermos y digan a la gente: “El Reino de Dios está cerca de ustedes”».

Palabra del Señor.